Hoy les vamos a hablar de un libro que merece ser nombrado; “El cazador del desierto”, cuyo autor es Lorenzo Silva. Este libro forma parte de una trilogía que se completa con los títulos; “La lluvia de París” y “Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia”.
“El cazador del desierto” narra la historia de Laura, una chica estudiosa y aplicada que conoce al “nuevo de la clase”, un joven enigmático, sorprendente e independiente. Aunque en un principio no duda en tacharlo de “chulo engreído”, acaba conociendo su verdadera personalidad, su gusto por el cine, por el desierto y por la buena música. Laura comienza a comprender cosas que antes ni siquiera era capaz de imaginar y descubre en Orens una persona fascinante e inolvidable.
Tal vez lo que más me llamó la atención de este libro no fue la historia, sino cómo está escrito, las frases perfectamente construidas y completas que se van deslizando entre las hojas. Cuando lees una de ellas, quieres encontrar más, seguir conociendo a Orens, y no parar. Parece que de repente te conviertas en Laura y sientas esa intriga en tu propia piel.
Laura va descubriendo cada vez más el mundo de Orens. Recuerdo que en su primer día de clase, el profesor le pregunta por su nombre, y él le contesta “Mi nombre es solo para mis amigos”. Con el paso de los días, le confiesa a Laura que no le gusta dar su nombre a nadie con quien no tenga esa confianza. Cree que su verdadero nombre no es el que aparece en el DNI, sino el que él le ofrece a otra persona para que le llame así siempre. Por eso, para Laura, él siempre será Orens; y para Orens, ella siempre será Aíxa. Así se llamaba la gata de Orens que murió años atrás. Laura escoge este nombre para que Orens siempre la recuerde y, vaya donde vaya, cuando escuche “Aíxa”, lo asocie con Madrid, con aquellas tardes de películas y reflexiones… y con Laura.
El título del libro se debe a que así es como acaban llamando Laura y sus amigas a Orens; “el cazador”. Esto tiene su explicación; Orens, una de las tardes que pasa con Laura, le proyecta la película “Lawrence de Arabia” y hay una escena en la que el protagonista apunta con su rifle a un ciervo, pero acaba levantando el arma y perdonándole la vida. Para las amigas de Laura, Orens había hecho lo mismo con Laura; la había conquistado, la había enamorado hasta las trancas, y al final le había perdonado una vida nómada que sabía, le acabaría haciendo sufrir. Por eso, cuando Orens le confiesa a Laura que se marcha de Madrid para siempre y ella le pide un beso de despedida, él le contesta; “Ése es un recuerdo que no puedo llevarme conmigo”.
Si son unos apasionados de la buena lectura, no dejen pasar la magia de este libro.
El Periscopio indiscreto.
“Que siempre quedan muchas cosas que merecen la pena y que se pueden salvar. Muchas cosas que a lo mejor estaban ahí desde antes y que valen tanto o más que los sueños perdidos…”
Etiquetas: Culperistura
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Desayuno con titulares dijo...
Mmmm, me encanta la última frase... Tiene algo especial, como un halo de misterio ;)
La verdad es que no he tenido la oportunidad de leerlo, pero no pierdo la esperanza de conseguirlo algún día xD Creo saber quién ha publicado esta entrada... quizá me equivoque, pero el libro es imprescindible en su biblioteca...
En fin, a ver cuándo me lo presta :P Un beso!
10 de noviembre de 2008, 23:12