Relatos cortos de viajes que nunca sucedieron: Watson y Picaporte.
A la una de la mañana, en el número 221 B de la calle Baker Street se escucha el sonido de un violín blandiendo notas desafinadas. Watson, deduce que Holmes ha vuelto a fumar opio, porque no es propio del Sr.Holmes ese sonido tan horroroso que emite con su violín, por lo que Watson se levanta de la cama, se viste y sale a dar una vuelta. Aquel concierto de violín del que huye Watson ya es un eco en la oscura noche londinense.
El Dr. Watson se dirige a la taberna donde habitualmente se toma las cervezas con Holmes todos los viernes a las siete de la tarde. Es una tarberna donde nunca se cierra o eso dice el dueño, esta escondida de la vista del viajante y más que parecer una taberna parece un club. A esas altas horas de la noche la taberna esta habitada por personajes marginales, pero esa noche no. Watson entra, mira a su alrededor y de repente escucha su nombre en un rincón oscuro -Si es Picaporte-. Watson se dirige hacia la mesa donde esta sentado Picaporte, Watson pide una cerveza al tabernero y comienzan a charlar.
Picaporte le cuenta a Watson que no podía conciliar el sueño y salió a dar una vuelta, debido a que el Sr. Fogg estaba preparando una máquina muy extraña, y que con ese ruído insoportable nadie podía dormirse en aquella casa, Watson le pregunta por la máquina. Picaporte le dice a Watson que el Sr. Fogg se ha apostado 20.000 libras, la mitad de su fortuna, con su amigo Holmes, a que viajará en el tiempo para traer con él al detective Dupin, para que Holmes tuviese ayuda de otro experto detective para resolver el caso de un tal Jack.
Fogg viajo en el tiempo, pero calculo mal las coordenadas y apareció en el año 802.701, al volver a la Inglaterra del 1872 Fogg le dio las 20.000 libras apostadas a Sherlock Holmes y jamás se resolvió el caso de Jack el destripador.
El Periscopio Indiscreto
Etiquetas: Viajes que nunca sucedieron
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