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Master of Puppets es el tercer álbum de los iconos thrash-metaleros Metallica. Lanzado en 1986, y fue el último álbum
grabado junto al bajista Cliff Burton que moriría trágicamente en septiembre de ese mismo año en un accidente de autobús. Muchos consideran que este álbum es la obra maestra del thrash metal, con canciones como "Master of Puppets", "Battery", "Welcome Home (Sanitarium)" y "Orion" canción instrumental ideada en gran parte por el malogrado Cliff Burton. En cuanto a las ventas, el disco alcanzó la posición número 29 de la lista del Billboard, siendo un gran logro debido al estilo musical de la banda y sentando un precedente para la introducción del metal en grandes números de ventas, aunque más que las ventas, lo que consiguió el grupo californiano fue el respeto y la alabanza unánime de todo el mundo del rock, así como aumentar su, ya bien nutrida, popularidad.
El Master of Puppets es un álbum especial, mítico e influencia imprescindible para todo el rock actual. Más oscuro, complejo y con desarrollos instrumentales mucho más amplios que en sus dos trabajos anteriores, este disco refleja a la perfección la madurez alcanzada por Metallica en aquel entonces, desmarcándose del thrash metal para explorar nuevos horizontes, como ya habían comenzado a hacer en Ride the Lightning, en canciones como Fade To Black.
El álbum comienza con Battery, cuyo inicio acústico nos impide imaginar el poderoso riff que vendrá a continuación, y que convierte esta primera canción en toda una declaración de intenciones: rápida, afilada, con un James Hetfield soberbio, que escupe cada palabra con una rabia y velocidad nunca vistas.
Y a después llega el bombazo; una canción insuperable en muchos aspectos, ‘Master of Puppets’. En ella, la fuerza, la rabia y el poder de uno de los riffs más míticos del rock convierten esta canción en todo un manual del buen hacer y está considerada como, probablemente, la mejor canción metalera de la historia.
‘The thing that should not be’ posee un riff muy interesante (y uno de los favoritos de James Hetfield). Con ritmos pesados e intrigantes, es una canción que gana con las escuchas.
‘Welcome Home (Sanitarium)’ es un medio tiempo, repleto de armónicos y llevado a cabo de manera sublime, con Hetfield muy afinado y melódico por momentos.
Dos canciones que se han convertido en míticas de la banda gracias a sus enormes e inesperados cambios de ritmo y su épica constante son ‘Disposable Heroes’ y ‘ Lepper Messiah’. En esta última además, la letra ácida y lacerante en cuanto a la religión le dan un encanto especial, que la hace perfecta para ser coreada.
‘Orion’ es un tema instrumental de ocho minutos y medio de duración, compuesto en gran parte por el bajista Cliff Burton, y en cual todos los miembros de la banda demuestran ser unos maestros en la composición y la ejecución, una obra sublime.
Y por último, llega ‘Damage Inc.’, en la que la banda de Los Ángeles vuelve a engañarnos (al igual que en Battery) con un inicio pausado de subidas y bajadas, hasta convertirse en otra canción directa a la mandíbula y que supone un gran broche final para un disco muy difícil de superar.
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